Los problemas de la ciudad contemporánea son muchos, como la preferencia del automóvil sobre el peatón, el cambio de uso de suelo de centos históricos e industriales, la llegada de servicios a todas las partes de la ciudad, los desechos sanitarios...
El acelerado crecimiento urbano desde la revolución industrial es el principal culpable de los últimos problemas del hombre. Vale la pena reflexionar acerca de ésto.
La corrupción y ambición desmedida existen desde mucho antes de Nerón. Si comparamos a Nerón con los gobernantes actuales encontraremos pocas diferencias. La desigualdad social existió antes como esclavitud y hoy como subempleo. Los celos de Otelo no nos son ajenos y una hojeada al Elogio de la Locura de Erasmo de Rotterdam nos dará la impresión de leer un texto contemporáneo sobre las instituciones religiosas.
Atacar los problemas de una ciudad es atacar los problemas mismos del hombre. No bastarán pasos a desnivel, fraccionamientos nuevos, parques, escuelas ni hospitales. El problemas es mucho más profundo y no soy yo el sabio que sabrá señalarlos.
Aquellos curiosos podrán encontrar mayor información en mis apuntes de urbanismo:

Sí, mis apuntes son el bote de basura que tenía enfrente mientras la maestra hablaba. ¿Pero acaso no hemos convertido nuestro patrimonio natural en botes de basura? La diferencia es que el conserje de Gaia es el más lento del universo, incluso ha estado cerca de perder su empleo por tanta ineptitud. Pero nadie tiene autoridad para despedir al tiempo.